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¿Te muerdes las uñas? Deshazte de este hábito antes de que tus dientes sufran
¿Sabías que la onicofagia, es decir, el hábito de morder las uñas, puede tener consecuencias muy negativas para tu salud?
Además de ser una costumbre que afea considerablemente tus manos, la onicofagia suele causar numerosos trastornos gastrointestinales, infecciones, deformación en las cutículas y, por supuesto, problemas en tu boca. En este artículo te contamos a qué te expones si continúas mordiendo las uñas de tus dedos.
¿Qué es la onicofagia?
Se trata de un hábito compulsivo que lleva a la persona que lo padece a morderse las uñas de forma constante. Los primeros síntomas aparecen durante la infancia. Los pequeños adquieren esta manía por imitación, es decir, después de observar una y otra vez a otras personas de su entorno mordisquear sus dedos.
En la adolescencia esta conducta suele persistir. Los jóvenes continúan con este hábito o adquieren otros como morder los objetos que se encuentran en sus manos. (En las aulas es muy habitual ver a estudiantes mordisquear sus bolígrafos en los exámenes).
Los motivos son muchos: el estrés diario, los estados obsesivos, la baja autoestima, la frustración, etc. En muchas personas este hábito funciona como una especie de ansiolítico ante situaciones que les causan inseguridad.
Los efectos nocivos de morder las uñas
Además de provocar problemas en el sistema digestivo y en las manos, la onicofagia es la fuente de muchos trastornos en la boca.
· Desgaste del esmalte dental. Con el tiempo se pueden producir microtraumatismos y como consecuencia de ello los dientes se fracturan o astillan.
· Sensibilidad dental debido al desgaste prematuro en los incisivos superiores centrales.
· Problemas en la articulación temporomandibular.
· Infecciones debido a la gran cantidad de bacterias presentes debajo de las uñas. Los herpes labiales o la aftosis suelen ser frecuentes entre las personas que tienen este mal hábito.
· Halitosis debida también a la acumulación de bacterias.
· Daños en el material de las restauraciones. Las carillas se pueden desgastar y con el tiempo también se van aflojando.
· Desplazamiento de los dientes.
· Inflamación y aparición de enfermedades periodontales como la gingivitis o la periodontitis.
· Alteración de la forma de los dientes.
Tratamiento
Todas las personas que se muerden las uñas coinciden en afirmar lo difícil que es para ellas deshacerse de este mal hábito. Son conscientes de que sus manos acaban deformadas y de que pueden llegar a sufrir otro tipo de enfermedades. Pero aún así tienen serias dificultades para parar.
¿Qué hacer?
Lo más recomendable es que la persona que sufre onicofagia acuda al psicólogo para poder trabajar con él los posibles problemas emocionales que padezca. Lo más importante es conocer las causas que motivan este acto y buscar una solución. Las técnicas de modificación de la conducta son las más efectivas para acabar con este hábito compulsivo.
De forma paralela, el paciente deberá acudir también a su dentista para que este evalúe los posibles problemas que ha causado morder de forma repetida sus uñas. En muchos casos, el odontólogo deberá rehabilitar las piezas dentales que más se han visto afectadas por esta patología.
Las uñas postizas, los esmaltes o los guantes también son medidas que muchos pacientes emplean para evitar llevar sus dedos a la boca.
Sea cual sea el método que emplees para dejar de morder tus uñas recuerda que el primer paso siempre es tomar conciencia del problema. Si lo deseas realmente podrás acabar con él y con los posibles problemas de salud que puede acarrear un hábito tan nocivo como la onicofagia.
¿Has tenido problemas en tu boca por moderte las uñas?
Nos gustaría conocer tu historia.
Trata la apnea del sueño en la consulta de tu dentista
Dormir bien se ha convertido en una actividad imposible para casi la mitad de la población española. Los ronquidos y las apneas interrumpen el descanso nocturno y provocan numerosos problemas en quienes la padecen: somnolencia diurna, cansancio, dolores de cabeza o agotamiento físico.
Pero hay una buena noticia, el síndrome de la apnea del sueño puede ser corregido y los odontólogos desempeñan un papel fundamental en su detección, evaluación y tratamiento.
¿Qué es la apnea del sueño?
La apnea es un trastorno respiratorio del sueño cuya incidencia crece cada vez más, sobre todo en las personas mayores de 65 años. El paciente que la sufre interrumpe su respiración regular mientras duerme durante unos segundos (nunca más de diez). Los ronquidos suelen ser frecuentes en estos pacientes.
¿Cómo se diagnostica?
Lo más habitual es que nuestro médico de cabecera nos envíe a la unidad del sueño para ser analizados mientras dormimos. Otra forma de diagnosticar este trastorno es a través de un estudio maxilofacial ya que con él se pueden determinar las causas y también establecer las posibles soluciones al problema.
Síntomas
Durante el sueño la respiración se interrumpe durante unos segundos o bien se vuelve más lenta y superficial. Tras la pausa, esta regresa a la normalidad con un ronquido fuerte o con la sensación de que nos atragantamos.
Estas interrupciones (que en ocasiones pueden llegar a ser 30 por la noche) hacen que el descanso sea de muy mala calidad. De ahí que las personas que las padecen se sientan permanentemente cansadas y somnolientas.
Los ronquido frecuentes y fuertes son otros de los síntomas de esta dolencia que, si no se trata a tiempo, puede llegar a producir importantes problemas de corazón.
Cómo la diagnostica el dentista
Nuestro odontólogo nos hará una serie de preguntas para determinar si sufrimos o no apnea:
· ¿Se despierta cansado por la mañana?
· ¿Tiene somnolencia durante el día?
· ¿Sufre cambios de humor?
· ¿Tiene problemas de memoria?
· ¿Se queda dormido haciendo otra actividad?
· ¿Sufre dolores de cabeza?
Qué puede hacer nuestro dentista para tratarla
En ocasiones la apnea es provocada por defectos maxilofaciales, la estructura de la mandíbula, la boca o el cráneo.
Uno de los tratamientos más habituales es la colocación del dispositivo CPAP (Dispositivo de Presión Positiva Continua en las vías aéreas). Se trata de un compresor de aire que se coloca con un tubo flexible y una mascarilla. Su uso mejora la calidad del descanso, reduce la somnolencia y disminuye las complicaciones asociadas a las apneas.
También se utiliza el Dispositivo de Avance Mandibular (DAM). Este se aplica en los casos de apnea leve o moderada o en pacientes con apnea severa pero que no toleran el CPAP.
En otras ocasiones es preciso recurrir a la cirugía. El procedimiento más habitual es extirpar el tejido que está obstruyendo las vías respiratorias. Normalmente está en el paladar blando, las amígdalas o en la lengua. También se puede corregir quirúrgicamente la mala alineación de los huesos de la boca, nariz o rostro.
Consejos para aliviar los síntomas de la apnea del sueño
· Dormir de lado y con la cabeza levantada.
· Perder peso.
· Dejar de fumar:
· Evitar el alcohol y también las cenas copiosas.
· En ocasiones basta con usar un protector bucal.
¿Tienes problemas de apnea? Si es así acude a la consulta de tu dentista cuanto antes. Él te proporcionará una solución.
Información sobre prótesis
Necesidad de reponer protéticamente los dientes perdidos
Recuerde que si no se reponen protéticamente los dientes extraídos, se suele producir una migración de los dientes adyacentes hacia el espacio libre (sobre todo, de los situados posteriormente) y un crecimiento o extrusión del (o de los) antagonista(s) que mordía(n) contra el extraído.
De ello pueden derivarse, con el tiempo:
Defectos de la intercuspidación o «engranaje» de los dientes que pueden limitar la masticación y provocar dolencias de las articulaciones de la mandíbula (articulaciones témporo-mandibulares o articulación cráneo-mandibular).
- Si el espacio estrechado no llega a cerrarse del todo, puede resultar imposible una adecuada reposición protética.
- Lo mismo ocurre cuando algún diente de la arcada contraria, extruido, se inmiscuye y ocupa parte de la altura del espacio correspondiente al diente extraído.
- Además, pueden producirse caries entre los dientes vecinos al extraído y entre el antagonista y sus adyacentes, debido a la desadaptación de los puntos de contacto, que permiten el empaquetamiento y retención de alimentos entre ellos.
Riesgos probables en condiciones normales
Con cualquier tipo de prótesis, siempre pueden aparecer problemas de adaptación a la aparatología, como mordeduras ocasionales en lengua y carrillo, rozaduras, producción elevada de saliva, etc.). Todas estas circunstancias son habituales y suelen remitir con el tiempo.
Los aparatos de prótesis removible nuevos requieren un periodo de adaptación de una a tres semanas (rara vez más), durante el que:
- Notará sensación de un cuerpo extraño.
- Aumentará su salivación.
- Se puede morder la lengua y las mejillas.
- Puede tener dificultades para hablar.
- Puede sentir molestias al masticar , e incluso dolor al morder sobre ellas o al ponerlas y quitarlas, bien por falta de «encallecimiento» de la encía, bien por la aparición de heridas o rozaduras ( úlceras por decúbito ) que requieren pequeñas correcciones de la prótesis por el dentista.
- Puede notar temporalmente una cierta disminución del sentido del gusto e incluso nauseas.
A largo plazo, los retenedores pueden dar lugar a caries y desgastes . Para minimizar este riesgo se debe realizar un cuidadoso mantenimiento higiénico diario de la prótesis, especialmente de las zonas cóncavas de los retenedores, según se le instruirá al darle de alta.
Debajo de los aparatos de prótesis removible se pueden introducir restos alimenticios, que deben ser retirados mediante un enjuague bucal después de cada comida.