Las leyendas urbanas existen y los bulos también.
Pero, ¿Qué es un bulo?
Pues es una noticia falsa que se difunde con un fin concreto.
En el caso de los falsos mitos en la dentición el objetivo es hacer creer algo que no es cierto con el fin de que se platiquen una serie de consejos inútiles en la mayoría de los casos.
Desmitifiquemos los bulos dentales más comunes
Si un niño rechina los dientes es que tiene lombrices
Esto lo hemos escuchado todos. Porque lo han dicho nuestras abuelas, nuestra vecina, nos lo han dicho en los parques y hasta internet recoge noticias de este estilo.
Y digo yo, si se sospecha de algún parásito interno en el pequeño, ¿no será mejor hacer los análisis pertinentes antes de echarle la culpa a los dientes?
En el proceso de dentición, el rechinamiento de dientes se considera normal.
Forma parte de un patrón fisiológico. Es la forma que tiene el cuerpo de establecer ciertos movimientos neuromusculares.
En otras ocasiones, los pequeños lo hacen como un hábito ya que les llama la atención el ruido que produce cuando se erupciones los primeros dientes.
Ojo, no quiere decir que el rechinamiento no sea motivo de consulta
En el caso de que observemos que nuestro hijo produce apneas de sueño, comienza a haber desgaste en sus dientes o cualquier otra alteración importante, por supuesto que se debe de acudir al dentista.
Aplicando Apiretal o Dalsy directo en la encía, alivia el dolor
Cuando tenemos un dolor de cabeza ¿Nos restregamos ibuprofeno o paracetamol por ella?
El apiretal o Dalsy son dos medicamentos que deben de usarse bajo consejo médico, pero es que además están sintetizados para ser absorbidos por vía interna, por lo que si lo aplicamos de forma tópica, no conseguiremos ningún resultado.
Existen productos específicos en la farmacia que podemos usar de forma tópica para aliviar las molestias de nuestros hijos.
O también hacer un masaje en la encía con algo frío, puede ayudar, pero olvídate de impregnar estos medicamentos en a boca de tus hijos.
Collares de ambar para aliviar la dentición en niños menores de 2 años
«El collar de ámbar ha sido retirado por Consumo ya que no se permite la venta de collares para niños menores de 36 meses por riesgo de accidentes»
No existe evidencia científica de que los collares de ámbar sea eficaces para aliviar las molestias de dentición, por el contrario ponerle un collar a un bebé de menos de dos años es totalmente contraproducente.
La creencia viene porque el ámbar contiene ácido succínico, utilizado en la medicina para calmar diferentes dolores.
El mito del collar, es porque se piensa que a través del calor que emite el calor del bebé se absorbe esta sustancia calmándolo.
Esto es un error, por el contrario se puede producir un atragantamiento en el niño.
Flúor ¿si o no?
En realidad en el momento en el que aparece el primer diente, es importante comenzar con la higiene. De esta forma también estarás creando un hábito en el pequeño.
¿Le lavamos los dientes con una pasta fluorada o no?
Existen diferentes corrientes.
Hasta los 9, 10 años no es necesario el uso de una pasta con flúor para la higiene de tu hijos. Pueden lavarse los dientes con agua o con pasta que excluya este ingrediente.
Cada vez más caries en la infancia
Es cierto que el flúor ha demostrado ser un protector eficaz contra las caries que cada vez vemos más en nuestra consulta a edades muy tempranas.
Tu dentista te aconsejará qué hacer en cada caso particular. No te quedes con ninguna duda.
El primer diente debe salir antes de los 12 meses
Esto es falso.
Aunque sí es lo mas común, no ocurre en todos los casos, pensemos que cada persona es un mundo y sería injusto aplicar los mismos patrones de desarrollo para todos por igual.
La salida de los primeros dientes, dependerá de cuando le hayan salido a los papás.
La media está entre 6 y 8 meses, sin embargo hay pequeños que comienzan con su dentición después de los doce meses.
No debemos asustarnos si nuestro pequeño cumple su primer año de vida y aún no le ha salido su primer diente.
¿Cuántos de estos bulos te habías creído hasta hoy?
Cuéntanos alguno más que te hayan contado de pequeño.